Punto por Punto, Sábado 18 de junio de 2016
*De homosexuales y pederastas
Recientemente hemos visto con sorpresa tremendos casos de homofobia a nivel internacional que desafortunadamente de una u otra forma han contagiado a sectores políticos y religiosos que pueden tener una enorme influencia en la sociedad mexicana.
Ahí están los casos de dos funcionarios jaliscienses, uno del Gobierno del Estado y otro del Ayuntamiento de Zapopan, que aplaudieron la masacre ocurrida en un centro nocturno para homosexuales en Estados Unidos donde 49 personas perdieron la vida, actitud que aparentemente provocó su destitución inmediata aunque esperemos que no se trate de una remoción temporal para luego verlos en otras dependencias de las mismas administraciones.
La otra, es el fuerte activismo que ha emprendido la Iglesia Católica y otras agrupaciones religiosas en contra de la reforma al artículo Cuarto Constitucional y la reforma al Código Civil federal que reconocen como un tema de igualdad el matrimonio civil entre personas del mismo sexo.
En ese sentido, el semanario Desde la Fe, vocero de la Arquidiócesis Primada de México, cuyo jefe es el cardenal Norberto Rivera, celebró en su editorial el “merecido voto de castigo” que los ciudadanos le dieron al presidente Enrique Peña Nieto en las elecciones del pasado 5 de junio.
“El voto de castigo fue una muestra del hartazgo de una sociedad que se cansó de ser pasiva y espectadora, ante un gobierno federal, y gobiernos estatales, caracterizados por su ineficiencia, indolencia, desvergüenza, y una indecente corrupción”.
“Por su parte, el Presidente y su partido deben respetar a la sociedad, que exige que se retire la propuesta de otorgar falsos derechos a las personas con preferencias homosexuales, a quienes, no obstante, se les puede dar una alternativa jurídica –que no sea el Matrimonio– para salvaguardar sus verdaderos derechos. El gobierno tiene la responsabilidad de atender los problemas que son verdaderamente graves como la inseguridad, la caída incontrolable de la economía, el combate a la corrupción, y a recuperar una verdadera vocación de servicio a la sociedad que gobierna y que ya no está dispuesta a pasar por alto el cinismo, la corrupción y la inmoralidad”, dice la publicación en su editorial.
Pero el activismo ha ido más allá, pues hay casos bastante marcados como el discurso del obispo de Culiacán, Jonás Guerrero Corona, quien el 31 de mayo en una misa al aire libre en Los Mochis habló sobre la reforma y dijo a sus feligreses: “Es un error garrafal, otro engaño más, no será que anda buscando gavioto en lugar de gaviota, no me extraña”.
En la iglesia también hay versiones en el sentido de que Roma tiene la sensación de que el papa fue traicionado. Él se portó políticamente correcto cuando estuvo en el país. Contra su deseo personal, se abstuvo de entrevistarse con los padres de los normalistas de Ayotzinapa, y moderó su discurso contra el gobierno. Fue más crítico con los propios obispos mexicanos que con los políticos mexicanos, y ahora le pagan con esa moneda.
Y si bien no todos compartimos las uniones entre personas del mismo sexo, creo que debe prevalecer la tolerancia y en el caso de la iglesia atender casos que también han causado alarma y fuertes señalamientos hacia su organización como es la pederastia, la cual finalmente, en la mayoría de los casos ventilados podría tener rasgos de homosexualidad.
Hace unos días el cardenal Francisco Robles Ortega reconoció que en la Arquidiócesis de Guadalajara existe un acusado de pederastia desde hace poco más de un año y que el proceso en su contra aún no termina.
El cardenal sostuvo que es la Santa Sede quien decide la sentencia, pues se les hace llegar el caso, lo estudian, lo analizan y luego viene la sentencia, pero “nunca se hace público para no dañar a las víctimas, primero por el proceso traumatizante que les tocó vivir y segundo porque los medios muchas veces no usan la prudencia que se debe tratar en estos casos, además de que las familias no quieren que se sepa nada de los acontecimientos aun cuando tienen toda la libertad de darlo a conocer a las autoridades”.
Debemos tener en cuenta que nuestra sociedad está cambiando y aprender sobre tolerancia y aceptación aunque muchas veces no estemos de acuerdo con esas preferencias.
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