Participan Miles de Personas en el Tradicional Reparto de Décimas
Otra vez se vino re dura el agua, pero eso no fue impedimento para que miles de personas participaran en el tradicional Reparto de Décimas, el recorrido por las principales calles de la ciudad donde se anuncia el inicio de las fiestas patronales en honor a San José. Llegaron los danzantes, los piteros, la banda de guerra, los violinistas, los aztecas, los sonajeros y los changos que al igual que las danzas de los barrios ya desde hace varias semanas practicaban su singular manera de mantener el órden en los desfiles con su aspecto terrorífico y el azote del látigo. Minutos antes de iniciar sonajeros y danzantes advertían la enorme nube oscura en el cielo de Zapotlán, ¨otra vez nos va a llover¨, pero en vez de un gesto de desaire, sonreían con entusiasmo. Puntual como todos los años inició el recorrido a las tres de la tarde, y puntual también llegó la lluvia que acompañó a los participantes desde el Santuario hasta la Catedral guzmanense, donde todos compartieron ese baño de alegría por el inicio de la fiesta josefina y los únicos que lograron mantenerse secos fueron los integrantes de la Sagrada Familia, que cariñasamente fueron protegidos con una cubierta de plástico por los integrantes de la mayordomía. Sonajeros que aun no visten sus mejores galas pero pulcramente uniformados hacían palpitar el suelo con fervor, mientras que los integrandes de la banda azte mostraban nuevos movimientos mientras saludaban a los cuatro vientos. Y es el compromiso con el santo patrono sigue vigente; en Zapotlán, a Señor San José Dios le ha encargado cuidar de todos nosotros y de nuestra comunidad. El nos ha librado de terremotos y otras calamidades como lluvias de ceniza y arena, tormentas, granizadas y sequías. Por el gran cuidado que Señor San José ha tenido para con nosotros, el pueblo de Zapotlán ha jurado celebrarlo con esta gran fiesta anual. El juramento es el origen y razón de ser de la fiesta josefina en Zapotlán. Es una herencia de los antepasados de este pueblo que las nuevas generaciones ratifican cada 22 de octubre en la Iglesia Catedral, la casa de su santo protector.