Feria Zapotlán

Published on octubre 2nd, 2021 | by lavozsur

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Historias de la Región – Los Túneles de Zapotlán (Parte 1)

Durante la época de las colonias de la nueva España en América iniciando el siglo 18, las pequeñas comarcas asentadas en la Nueva Galicia comenzaban a tomar importancia para la corona española.

Una de ellas era la de la Villa de Zapotlán en donde después de 150 años de colonización se había convertido en un punto estratégico entre Guadalajara, Colima y Manzanillo, no sólo por ser el paso obligado de comerciantes del Camino Real, si no por ser el punto de referencia donde los caciques, comerciantes y terratenientes de la región hicieron en este lugar de residencia.

Gracias en parte a su fresco clima, fértiles tierras y por estar rodeado de bosques que lo hacían muy atractivo, así como por su relativa seguridad que presentaba ante asaltos, revueltas e insurgencias; ese era el sentir de aquellas familias pudientes en gran medida por una red de túneles subterráneos que conectaban las casonas de los acaudalados dueños con otras propiedades de familiares, templos y edificios de gobierno.

En aquella época, la iglesia y gobierno mantenían una relación muy fuerte para lograr el equilibrio social de castas. El poder de la iglesia en la época colonial era a la par del gobierno y viceversa, inclusive durante las guerras que España mantenía contra Francia y otros países eran financiadas principalmente por “préstamos” de la iglesia a la corona.

Para tal poder económico, moral y social que la iglesia debía de mantener y equilibrar era necesario ocultar ciertas cosas que hasta hoy en día se siguen tratando de ocultar, como cargar con grandes sumas de dinero, entrevistarse con personas no bien vistas por otros, ayudar a ocultar personas de alguna injusticia y claro está, protegerse de posibles robos, revueltas o acusaciones inquisidoras que eran unas de las más perseguidas y temidas en la época.

Para todo esto la iglesia se vio en la necesidad de construir túneles que conectaran sus casas de residencia, con templos, curatos, conventos y seminarios, esto en una primera etapa entre 1700 a 1800, existiendo una segunda etapa de 1800 a 1900 y como tercera de 1900 a 1930. Estos primeros túneles de 1700 eran construidos por mano de obra indígena, forrados sus muros con ladrillos y con techos abovedados también de ladrillos muy bien acomodados para evitar colapsos de tierra, con una altura promedio de 2.5 metros y un ancho de 1.2 metros, en la base era común hacer un canal para la acumulación de agua y evitar mojarse los pies si hubiese filtraciones de agua en tiempo de lluvias.

Se indica como inicio de una segunda etapa de construcción de túneles el año de 1810 debido a la guerra de independencia e insurrección del pueblo contra los españoles, para anexar túneles a las ya mencionadas casonas de las familias españolas y criollas más prominentes de Zapotlán que bajo alguna sospecha de amenaza y si la iglesia los tenía como fieles cristianos que apoyaban al clero, entraban al selecto grupo de propiedades con túneles interconectados y se iniciaban los trabajos para conectarlos a la red existente.

Así para 1850 la mayoría de las grandes casonas se encontraban interconectadas con los túneles originales de principios de 1700, esta gran red se extendía por la zona centro de Zapotlán, como principal entrada era el de la casa del portal Sandoval (que era la familia que administraba los bienes del clero) que servía más adelante como distribuidor en donde se ubicaban unas celdas que aún guardan unos grilletes pegados al muro, de ahí corría un túnel hacía el templo del Sagrario, continuaba hacía el antiguo convento de los frailes Franciscanos (hoy oficinas de la DRSE), seguía hacia el templo de Tercera Orden, para posteriormente conectar a la actual Catedral, entroncaba también con los túneles que atraviesan toda la ciudad de norte a sur y posteriormente bajaba hacia las casas de la calle Reforma conectando algunas de esta gran red de túneles.

Cabe señalar que este túnel en dirección al poniente llegaba entre otros puntos con el actual Santuario Guadalupano y la enorme casona que comprendía la actual escuela Ma. Mercedes Madrigal y las oficinas del SAT, que, en 1730, su propietario era Don Francisco José Alcaraz y Silva, quien era dueño de 3 haciendas, entre ellas la de Contla.

Este hombre fue un sacerdote y comisario de la Real Inquisición Española en el Sur de la Nueva Galicia, una posición de gran poder y respeto. Documentos de 1749 muestran a esta persona como el funcionario más alto de la Iglesia del Distrito de Zapotlán el Grande y uno de los más acaudalados. A su muerte la enorme casa fue puesta en venta y se dice que es la casa  señalada como la que compró el bandido Vicente Colombo en 1788 para que viviera su hija María, posteriormente después de varias trágicas muertes María se muda a vivir a Guadalajara y se interna en un convento, donando a la misma orden su enorme casa de Zapotlán para que se hiciera otro convento, y así fue esta casa desde aproximadamente 1800 hasta 1927 que con la revolución cristera fueron expulsadas las monjas por los federales y convertido en cuartel militar para después confiscarlo y quedar a manos del gobierno federal, por sus enormes dimensiones se decidió dividir la casona y convertirlo en lo que actualmente es, y sólo vendiendo parte de sus galeras en donde hoy son casas. Debido a esto se mencionaba en aquellos tiempos que aquel famoso bandido Vicente Colombo viajaba por túneles para entrar y salir de Zapotlán sin ser visto y razón por la cual al saber que contaba con un túnel de escape adquirió tan costosa y enorme propiedad.

 

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