Jaque Mate – Los Aplaudidores y las Cascadas de Catedral
El Aplausómetro
Vaya que tienen organización en el Gobierno Municipal y sobre todo poder de convocatoria, pues es bien chistoso como llenan sus eventos: inician con logística que es bien normal, colocación de sillas, presídium y sonido, y poco a poco van llegando los invitados, pero a la hora de iniciar, los empleados municipales tienen que bajar al patio central para hacer bola y sobre todo, subir el volumen del aplausómetro.
Debe ser porque ya se dieron cuenta que las nuevas adquisiciones no sirven para nada y con la finalidad de aparentar que no se les está pagando el favor de ser lambiscones y pegalonas en campaña, están desquitando un sueldito, peeero, como que es mucho gasto el pagarles una quincena completa nada más por estar en los eventos aplaudiendo ¿no?
Sería mejor aprovechar a ese personal salido de las administraciones de Anselmo Ábrica y José Luis Orozco para que se vayan a tapar baches, ahí sí que se necesita mano de obra y sería una excelente forma de desquitar el sueldo, porque cobrar por irse a tomar un café o un helado todos los días y estar sentados en una oficina, es totalmente injusto.
Llueve, dentro de Catedral
El temporal de lluvias ya se prolongó bastante y vaya que en Ciudad Guzmán ha provocado muchos daños… ahí está la recurrente inundación del periférico, el hundimiento de calles, los baches y ahora está castigando a la Catedral de Ciudad Guzmán no con goteras, sino con verdaderas cascadas en las grietas provocadas por el sismo del 19 de septiembre.
Pero más allá de la incomodidad por la lluvia, el asunto debe ser un campanazo de alerta para que se cumpla el ordenamiento de utilizar solamente una parte del templo, y no solo eso, pues en estos días habrá que estar muy pendientes en materia de prevención y protección para que no vaya a ocurrir una desgracia.
El caldo de cultivo es bien clarito entre las tremendas grietas abiertas en el techo de ingreso, las filtraciones y goteras, el pronóstico de lluvias para los días de la función y los temblores que nomás no dejan de registrarse, pues hasta el viernes iban casi 7 mil 500 réplicas del sismo del 19 de septiembre. Todo esto combinado con la concentración masiva de fieles que abarrotan la catedral y sus afueras, más los estruendos que causan los huarachazos de los danzantes.
¡Aguas!
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