*La Elección de las Traiciones
Sin duda alguna el pasado 6 de junio transitamos por la elección más fragmentada en la historia de Zapotlán pero, sobre todo, fue el proceso electoral donde varios políticos terminaron siendo utilizados para concretar los planes de las altas esferas del poder; fue claramente la elección de las traiciones.
Primero hay que decir que en el proceso electoral de este año salieron a relucir varios factores que mostraron la calidad moral de la clase política municipal y regional; primero, como lo mencionamos al inicio de la campaña, está la pérdida de lealtades y valores; los principios políticos y las ideologías dejaron de existir y por ello, decenas de actores saltaron de un partido a otro sin importar la ideología, simplemente se fueron al sitio donde pensaron encontrarían la forma de ingresar a la nómina gubernamental, son los transfuga.
Estos individuos no tienen propuesta ni planes de gobierno, su única intención es gobernar para beneficiarse (ellos y su camarilla) con posiciones en los despachos gubernamentales y con los negocios que se desprenden de la administración pública como obras, servicios y proveedores.
En segundo término, está la fragmentación del voto, que trajo como consecuencia que los partidos dominantes se desvanezcan sin desaparecer, si bien siguen siendo los más votados, conforme surgen más partidos y candidatos se van reduciendo sus posibilidades de triunfo.
Esa fórmula ha sido denominada politiquería, pues lo único que busca es mantener el registro de los partidos pequeños, ir escalando posiciones y echar mano del cálculo político, vale decir, esos pequeños partidos no están buscando servir a la comunidad, simplemente hacen negociaciones que les mantengan los beneficios otorgados a los partidos políticos.
Los ejemplos más claros de este ejercicio han sido por décadas el Partido Verde y el de la Revolución Democrática, pero hoy se le sumaron Hagamos, Redes Sociales, Fuerza por México, Somos, el Partido del Trabajo e incluso Futuro además de dos candidatos independientes.
Luego le siguen las traiciones, quizá los candidatos que participaron de buena voluntad en esta contienda no se dieron cuenta que el invitar a miembros de otros partidos no era la mejor opción para conseguir más votos, pues esos arribistas no cumplieron su función de promoción e incluso estuvieron llevando estrategias y avances a otros sitios.
Ese lamentable error (y muchos otros) lo cometieron en Movimiento Ciudadano que integró a los priístas de Antorcha Campesina, al líder de los comerciantes que ya perdió toda su fuerza y al dueño de la organización Coalición de Colonias Populares que es muy bravo para estirar la mano, pero pésimo para entregar resultados.
Lo mismo le ocurrió al partido Hagamos, Futuro e incluso un candidato independiente, pero también está el caso de Morena donde los aspirantes a las diputaciones local y federal negociaron votos para el Partido del Trabajo, en lugar de llevarlos para la candidata del partido de la esperanza.
En el caso de Futuro, el mayor error fue la falta de propuestas, ya que sus candidatos, empezando por su líder estatal eran excelentes, pero dejan en claro que a ese organismo le hace falta definición; en el partido del arbolito han demostrado carisma, energía y excelente manejo mediático, pero no han puesto sobre la mesa temas concretos y ello provocó que tuvieran una muy baja votación y escasos triunfos a nivel estado.
Por eso podemos afirmar que muy aparte de los cambios de partido por parte de los aspirantes a puestos de elección popular y los miembros de las planillas, en la elección de este año resaltó el juego sucio y una deplorable forma de operar desde un partido para que ganara otro.
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