Punto por Punto; Sábado 10 de febrero de 2018
*Tirar el dinero ajeno
México vivirá este año el proceso electoral más caro de su historia, en el cual se estará aplicando un gasto de 45 mil 620 millones de pesos, una muestra más de cómo el costo por voto se ha ido incrementando de forma preocupante en el país; lo mismo ocurre con el gasto público en todas las esferas de gobierno sin que se vea reflejada una mejora en las condiciones de vida de los mexicanos.
Esa desorbitante cifra estará dividida de la siguiente manera: 28 mil 269.7 millones de pesos para los comicios federales; 24 mil 215 millones al Instituto Nacional Electoral (INE), 3 mil 893 millones al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y 161.7 millones a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE).
En caso de que el INE no recurra a la opción de buscar ampliaciones presupuestales, esa cantidad será para la elección del presidente de la República, los 128 senadores y los 500 diputados federales.
La organización de 30 comicios concurrentes (sólo no habrá en Baja California y Nayarit), que incluyen nueve gubernaturas, la renovación de todos los congresos locales (con excepción de Coahuila) y de alcaldías (excepto en Aguascalientes, Durango, Hidalgo y Tlaxcala), implicará un gasto de 15 mil 486 millones de pesos y mil 864 millones de los tribunales electorales locales.
Son recursos que bien aplicados podrían ser utilizados para la construcción de escuelas, el mejoramiento de carreteras o la procuración de una sociedad más equitativa, lo que desde hace tiempo no está ocurriendo en nuestro país.
Y ya que hablemos de dispendios económicos debo mencionar la reacción del alcalde de Zapotlán sobre la nota publicada en este medio sobre el tremendo endeudamiento en el que la actual administración está sumiendo al municipio, una deuda de más de 200 millones de pesos que no van a pagar nuestros gobernantes, sino quienes habitamos esta ciudad.
En ese sentido, en vez de utilizar una réplica para demostrar alguna precisión en la información publicada, el presidente municipal de inmediato soltó a sus perros, quienes cobijados en el anonimato sueltan toda clase de injurias pero ninguna aclaración sobre los malos manejos financieros del actual ayuntamiento.
Es ofensivo que traten como ignorantes a sus gobernados, su obligación es no esconderse en un puñado de cobardes sino decirle al pueblo de Zapotlán los porqués del endeudamiento, las causas de la alarmante inseguridad, el mal estado de las calles y los malos manejos con los bienes municipales; se le paga al alcalde y su cabildo para rendir cuentas y procurar el bienestar de los guzmanenses, no para pasar tres años haciendo campaña a costa del erario público.
Y es que ese tipo de actitudes despóticas son las que le han provocado a Movimiento Ciudadano un tremendo desgaste, la pérdida de confianza por parte de la ciudadanía en unos cuantos años está poniendo en serios problemas a ese organismo político.
Ahí está la pérdida de popularidad del propio Alberto Esquer, quien al ver mermada su simpatía en Zapotlán no se atrevió a buscar la reelección; o la salida de MC del edil con licencia de Tlajomulco, Alberto Uribe, quien al ver tremendas diferencias ha decidido alejarse del partido naranja y unirse al Movimiento de Regeneración Nacional…
Habrá que enderezar el rumbo, pues precisamente en esta época electoral, la gente está muy pendiente de las actitudes despóticas y los actos de corrupción, de prácticas deplorables como el nepotismo y los abusos de poder.
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