Se apagó la luz del maestro Tijelino, escultor que adoptó a Zapotlán como su casa
CIUDAD GUZMÁN, JAL., (ES).- La tarde del domingo 9 de octubre en un hospital de Guadalajara, se apagó la luz a los 81 años de edad para Ramón Villalobos Castillo, mejor conocido como “Tijelino”, artista oriundo de los Altos de Jalisco pero que eligió a Zapotlán como su hogar adoptivo en vida y obra.
Nacido en el otoño de 1934 en Zapotlanejo, Jalisco, Tijelino se distinguió por ser un prolífico escultor que dejó plasmados sus trabajos en comunidades como Comala, Colima; Guadalajara y Zapotlán el Grande, llegando su huella hasta Cerdeña, Italia, donde creó el relieve estuco “Tres de los cielos” para la Sala de Cabildo.
Fue un activo de la vida intelectual de Zapotlán el Grande, donde en cada reunión a la que asistía conmovía a quienes tuvieron el privilegio de escucharlo al conocer su humildad y sensibilidad que más allá del arte también proyectaba como ser humano, al grado de emocionarse sin pudor hasta las lágrimas cuando la ocasión lo ameritaba.
El maestro estudió Artes Plásticas en la ciudad de Guadalajara, pero adoptó al Valle de Zapotlán como la morada de su vida y de la mayor cantidad de trabajos de su autoría, valiéndole en el año 1979 la distinción de “Hijo Predilecto de Zapotlán” durante la administración de María Elena Larios González.
De la mano de la primera alcaldesa de la ciudad, Tijelino le dio vida al Palacio Municipal de Zapotlán el Grande con la creación de dos relieves en la Sala de Ayuntamiento, y de un alto relieve en homenaje al muralista José Clemente Orozco que se exhibe en la planta alta del recinto.
“Yo no sé si realmente sucedió o yo me lo hecho de lado, pero cuando estaba viendo la cabeza ya colocada, escuché que Orozco me reclamaba: ‘Cómo es posible que a mí no me dieron ni un metro cuadrado para que yo pintara, y a ti te dan ese muro y sólo pones una cabeza’, por eso yo a la mañana siguiente quité la escultura”, comentó el maestro en julio de 2015 cuando develó la placa de esta obra titulada “La Voz de Orozco”.
Ciudad Guzmán también lo honró con la presea al Mérito Ciudadano en el año 2008. En esa ocasión el artista agradeció de la siguiente forma:
“Soy alteño y por tanto un sembrador, pero siembro en los niños, soy un alteño feliz de que me hayan regalado su casa oficialmente. Gracias señoras y señores”.
Tijelino creó, entre otras obras, esculturas para el frontis de la catedral de Colima, todas las esculturas que se encuentran dentro del Centro Regional de Educación Normal de Ciudad Guzmán; relieves en la Sala de Cabildo de Manzanillo, el Monumento a la Madre Plaza Guadalajarita, en Colima.
El último trabajo que concluyó fue el busto de Consuelo Velázquez, que se colocó en la plaza principal de Ciudad Guzmán con motivo del centenario del nacimiento de la compositora.
Dejó pendiente el relieve de la columna de la fuente que irá en el Centro para la Cultura y las Artes José Rolón de Ciudad Guzmán.
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