Punto por Punto; Sábado 9 de junio de 2018
*La otra cara de la manifestación
Lo ocurrido en Ciudad Guzmán la tarde del lunes 4 de junio es sumamente preocupante y debe encender las señales de alarma por la forma como se ha ido deteriorando el tejido social en nuestro municipio, donde se ha descuidado un tema fundamental para desarrollo de una sociedad: la seguridad pública.
A paso apresurado, Zapotlán el Grande ha ido escalando a los primeros lugares en los índices delictivos al dispararse en los últimos años el robo a casas habitación, a negocios, a personas en la vía pública, a interior de vehículos; al incrementarse las extorsiones y los hechos violentos como las personas “tableadas”, los desaparecidos y los ejecutados.
Por ello se puede decir con toda seguridad que lo ocurrido la tarde del lunes bajo el argumento de una manifestación pacífica, vulnera la integridad de los zapotlenses y trastoca el respeto a las instituciones.
Por ello, las autoridades federales deben tomar cartas en el asunto pues hay puntos que no están bien claros en este conflicto. Si analizamos a detalle, la madre del joven desaparecido ha declarado públicamente que ella no convocó a la manifestación; dice que la invitaron a participar, entonces habrá que ver quién organizó la revuelta en la que los participantes además de pancartas iban preparados con varias hieleras que contenían piedras y botellas de agua.
Hay otras versiones, pues ese día a las 5:00 de la tarde el candidato del PRI al gobierno de Jalisco, Miguel Castro, participaría en un evento en Ciudad Guzmán en el que estaría acompañado de los candidatos al senado y a las diputaciones local y federal; su itinerario marcaba antes una reunión en Zapotiltic y es muy probable que el organizador de la marcha pretendiera hacerles pasar un mal rato, pero las cosas le salieron mal, totalmente mal.
Y es que en la historia reciente de Zapotlán se han registrado numerosas manifestaciones, algunas incluso más nutridas que la del lunes 4 de junio pero jamás se habían presentado actos de violencia, ni contra los automovilistas, ni contra los policías municipales, ni mucho menos contra personal de las fuerzas armadas…
Por eso hay que ser bien claros al mencionar que los habitantes de Ciudad Guzmán son gente pacífica y trabajadora, una sociedad pujante que hoy se muestra sorprendida porque nuevamente tienen encima los reflectores de todo el país por un hecho de violencia y por la forma en que nos ven en la esfera nacional.
Por ello, de entre todo ese morbo provocado por las redes sociales, la desagradable sorpresa que nos causó a los guzmanenses, la espantosa imagen que nuestro municipio da hacia el resto del país y los comentarios ofensivos hacia ambos bandos en la revuelta, vale la pena rescatar la frase de un joven que sin mostrar imágenes violentas expresó su miedo, su enojo, su sorpresa y se limitó a escribir: “Qué le hicieron a mi Zapotlán”… yo me pregunto lo mismo.
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